Flamengo ganó el clásico al Fluminense, pero mandó a su técnico al hospital
El entrenador tuvo que ser mandado a un centro asistencial al final del juego.
El técnico del club brasileño Flamengo, Abel Braga, fue hospitalizado en la madrugada de este jueves después de sentirse mal tras el partido en el que su equipo derrotó por 2-1 al Fluminense en el torneo regional del estado de Río de Janeiro.
Braga, de 66 años, abandonó el terreno de juego después del gol de penalti de Éverton Ribeiro, en tiempo de descuento y que garantizó la victoria flamenguista en el derbi carioca, y fue atendido por los médicos en el vestuario del estadio Maracaná.
Un electrocardiograma realizado dentro del propio estadio detectó "una pequeña alteración, nada preocupante", pero descartó que se tratase de un infarto y por eso no fue necesario el uso del desfibrilador, relató el médico del equipo, Gustavo Caldeira.
Sin embargo, los médicos del Flamengo decidieron trasladar en una ambulancia al entrenador hacia el Hospital Pro-cardíaco, del barrio Botafogo, donde será sometido este jueves a chequeos más detallados.
"Él está bien. Sintió un malestar torácico pero no fue un dolor", declaró a periodistas el médico del Flamengo, equipo que con la victoria aseguró su paso a la final de la Copa Río, como se conoce la segunda vuelta del regional Campeonato Carioca.
Caldeira indicó que la presión arterial, frecuencia y ritmo cardíacos estaban "bien", pero por "medida de precaución" decidieron remitirlo al hospital.
En la mañana del jueves, otro de los médicos del Flamengo, Joao Marcelo, quien pasó la noche con el técnico, señaló que Braga está consciente, "se alimentó bien y será sometido a nuevos exámenes", sin anticipar cuándo el entrenador volverá a retomar sus actividades.
Braga fue un zaguero que en la década del setenta y mediados de los años ochenta defendió diversos clubes del país y al francés París Saint Germain, mientras que como técnico, además de dirigir con éxito a varios equipos brasileños, trabajó en el fútbol de Portugal, Francia y Emiratos Árabes Unidos.
EFE